Cuando aún resta un año para las elecciones, el radicalismo (o JXC) es prácticamente una usina de candidatos (a gobernador y a líder): los diputados provinciales Carim Peche y Leandro Zdero, los diputados nacionales Juan Carlos Polini y Gerardo Cipolini, y el senador Víctor Zimmermann ya blanquearon sus aspiraciones.

Pero, por si el menú de candidatos quedaba corto, en el momento menos pensado apareció un tapado.

Cuando se abrieron las gateras de la Cabalgata de la Fe a San Pantaleón, en la Sociedad Rural de Quitilipi, saltó un tobiano zaino con un jinete impensado, de look algo urbano coronado con un lagomarsino tipo Panamá: Gustavo Martínez.

El intendente de Resistencia, se convirtió en el primer peso pesado peronista en montar para la ya tradicional peregrinación que todos los años reúne una multitud en el santuario del Parque Pampa del Indio.

Por ser Ángel Rozas su principal impulsor, la procesión es considerada una manifestación radical. Pero, casualmente, por un lado, el exgobernador dijo querer legar la bandera que hace punta y, por el otro, el intendente capitalino apuesta a despartidizar la fe.

Según declaraciones exclusivas formuladas por el mismo caballo a Pescado Podrido, Gustavo tiene muchos likes, alentados por todos los amigos radicales que consiguió en el último tiempo. Mañana define el Chaqueño Palavecino, otra infatable estrella de este firmamento.