El impacto causado por las afirmaciones del intendente Ariel Lovey, de Quitilipi, sobre la impunidad con que se trafican y venden drogas en su ciudad y la complicidad de sectores policiales con ese negocio, se cubrió de confusión ayer. Lovey, posiblemente asustado por las repercusiones políticas e institucionales de sus dichos, intentó desdecirse y declaró a algunos medios que en realidad fue víctima de una intención "política" detrás de la publicación de NORTE que le dio difusión a sus denuncias. Incluso anunció que iniciará una demanda.

 

Foto de archivo del intendente Lovey. La presión del gobierno provincial y las amenazas recibidas lo empujaron a tratar de despegarse de lo que había dicho públicamente.

 

Este diario publicó en tapa las expresiones del intendente acerca de complicidad policial e inacción provincial frente a la venta de drogas en su distrito, pero Lovey, luego de ser intimado por el gobierno a formalizar sus denuncias, decidió dar marcha atrás y tomar distancia de lo reflejado en NORTE.

 

Sin embargo, la nota periodística publicada por este medio el martes reproduce fielmente un audio que registró su diálogo recalentado con autoridades policiales que estuvieron presentes en una manifestación popular local por mayor seguridad. Allí, hablando con un comisario, Lovey dijo que estaba "cansado de que la gente me putee" por la libertad que tienen delincuentes y narcos para moverse en la ciudad.

 

El intendente habló de hechos concretos, citando también relatos recibidos de vecinos de Quitilipi, que confluían en pintar un panorama preocupante. En ese mismo audio se escucha cómo algunos hombres y mujeres se sumaban a la charla para ratificar lo que Lovey comentaba y reclamar un accionar más decidido de la policía.

 

 

 

RECALCULANDO

 

 

Como difundió NORTE ayer, el gobierno provincial salió a presionar a Lovey mediante una conferencia de prensa de la ministra de Seguridad, Gloria Zalazar, quien junto a autoridades policiales le reclamó al intendente radical que formulara una denuncia ante la justicia y organismos competentes por los hechos y situaciones de los que había dado cuenta en sus dichos ante su comunidad.

 

Mientras, en las redes sociales muchos usuarios quitilipenses reproducían la tapa y la nota de NORTE del martes, y decenas de comentarios se sumaban cada hora para respaldar los dichos de Lovey y aplaudir su valentía de hablar de lo que evidentemente los ciudadanos de esa localidad viven semana a semana. 

 

Lo que no sabían era que horas después Lovey buscaría desdecirse de todo lo afirmado frente a los vecinos, a los que hizo responsables de las denuncias. "Yo solo dije cosas que me transmitieron los vecinos", argumentó en declaraciones formuladas a Radio Gualamba ayer por la mañana, y ante insistentes preguntas acerca de si "NORTE mintió", la respuesta del intendente fue: "Por supuesto".

 

Lo curioso es que en la misma entrevista Lovey dijo sentirse afectado por la publicación, afirmando que estaba siendo amenazado "por los que hacen las ventas (de drogas)". Una desmentida insólita.

 

Más allá de su zigzagueante mensaje, Lovey terminó ratificando la gravedad de la situación en Quitilipi, aunque sumó más confusión al decir que "pedía disculpas" a la policía por sus expresiones sobre complicidad de uniformados con el delito.

 

Un rato después habló con el corresponsal de NORTE en su localidad y volvió a cambiar su enfoque del asunto.